domingo, 19 de agosto de 2018

El Pasado que vuelve y nos Atormenta.


   Fin de semana,mañana brumosa fría y triste,tomando un nutritivo café con leche y la casa está
totalmente silenciosa con todos los moradores durmiendo.
   Me embarga una sensación de soledad que la agrava este frío Invierno que no tiene ganas de des-
pedirse..y me asaltan los recuerdos,algunos funestos otros mas gratos que,sólo acordarme me ha-
cen sonreir. Dejando los malos recuerdos de lado (aunque siempre están ahí,como esos horribles
graffitis que por más que los borres,al otro día nuevamente aparecerán),me regocijo con esos bellos
recuerdos de juventud. Cuando uno era verdadero e inocente y no conocía la crueldad de la vida.
   Mi primera impresión cuando la vi fue de ternura;delgada,pelo negro y crespo,se veía tan angelical
con su uniforme de colegio que la hacía ver más niña de lo que era. Al sentirse observada me quedó
mirando con unos ojazos negros que me maravillaron,me cautivaron..me enamoraron. Me dedicó
una sonrisa la cual me dejó completamente loco.loco..ese día me enamoré completamente.
Comprenderán que el flechazo fue total e instantáneo,para ambos,desde ese momento no nos sepa-
ramos en ningún instante en todo ese Verano,seguimos juntos todo ese año,nos citábamos en las tardes después de clases,hacíamos "la cimarra" y ambos caminábamos por la playa sin pensar en el mañana. Total,a esa edad ¿quién pensaba en el futuro?
   No recuerdo en qué momento dejamos de vernos,una nube cubre mis recuerdos y mi mente. No sé
que pasó que,un día en el tiempo..me quedé solo. Los estudios,el trabajo y que la vida me mostró lo
duro que era estar fuera del cascarón familiar.
   Pasaron los años,la madurez,una pareja,las responsabilidades de tener un hogar e hijos solo te ha-
cen mirar hacia adelante,los sueños y los ideales van quedando rezagados como recuerdos muy
lejanos o simplemente se van olvidando.
   Por esas casualidades de la vida,un día me propuse vender artículos de construcción que ya no
utilizaba,sobrantes de una remodelación que estaba haciendo en mi casa. Llega una pareja buscan-
do algo que podría interesarles..cuando la vi,ahí estaba..parada frente a mi. Mi mente retrocedió ha-
cia ese año cuando tomados de la mano caminábamos por la playa,mirándonos a los ojos y recibien-
do esos dulces besos que solo ella sabía dar,sintiendo el sol y la brisa marina acariciándonos el rostro.
   Sus facciones demostraron una sorpresa total,luego noté un sinnúmero de emociones cuando nos
abrazamos y le musite al oído la inmensa alegría de volverla a ver nuevamente. Emocionada,me
contó que muchas veces había pasado por frente de mi casa sin saber que ahí vivía yo. Por instan-
tes nos olvidamos del mundo,de nuestro alrededor y de que nuestros consortes estaban a nuestro
lado,sólo disfrutábamos este nuevo encuentro.
   Una voz nos volvió a la realidad: "Que casualidad..¿sabías tu,mi amor,que él es mi primo?" le
comentó su esposo. Ella, se sonrojó y con esa dulce sonrisa que siempre me cautivó,le dijo: "Yo,
a él lo conozco desde cuando tenía quince años.."  "¿Fueron pololos?" preguntó mi señora..antes
que ella contestara,mi primo aclaró:"Bueno..total,fue hace tantos años atrás..y eran unos cabros
chicos,jajajaja!". Nos quedamos mirando con ella,y en esos ojazos maravillosos vi esa complicidad
cuando no necesitábamos hablar para comprendernos..era solo vernos. Sentí que algo de ese cariño
y ese amor de juventud quedaba todavía y muy adentro.
   Nos contactamos varias veces,conversamos de nuestras vidas sin tocar el pasado. No era feliz en
su matrimonio,el compadre demasiado machista,ella emprendedora,él no la acompañaba en sus
afanes de levantar el hogar para tener un buen pasar..en fin,un desastre. Le ofrecí toda mi ayuda en
lo que estuviera a mi alcance,pensando en ese gran cariño que aún sentía por ella. Me lo agradeció
sinceramente sabiendo mis limitaciones.
   Un día,no supe más de ella. Pensé un montón de ideas: que el compadre se hubiese enterado de
nuestros encuentros la hubiese golpeado y se la haya llevado quién sabe dónde,a lo mejor ella to-
mó una decisión drástica y huyó..no sé,me siento culpable de no haber ayudado como lo necesitaba
quizás otro habría sido el desenlace de  esta historia. Por segunda vez fui cobarde,me queda la es-
peranza de verla alguna otra vez en el tiempo. Me he dado cuenta que la sigo queriendo como la
primera vez..cuando la conocí en uniforme de colegio y se veía más niña de lo que era.
   El café se ha enfriado en la taza y ya la gente de la casa está despertando,he vuelto a la cruda rea-
lidad. Ese recuerdo me duele mucho..no lo dejaré pasar por tercera vez.

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