sábado, 12 de diciembre de 2015

El Día que se nos remeció la Tierra.(1º capítulo)


  Una mañana de Febrero de 1965,Hospital Deformes,Valparaíso frente a la Avenida Argentina
con Avenida Pedro Montt (donde hoy se encuentra el Congreso Nacional) y al lado de la Iglesia
de Los Santos Apóstoles (que gracias a todos ellos,todavía se encuentra en pie) estábamos con
mi viejo en el vestíbulo del Nosocomio,pues me internaba por una nefritis que me tenía casi para
el otro lado. Ustedes deben comprender que,como cabro chico estaba más tiritón que canasto
de guatitas. Era como entrar a un internado,ya que no sabía cuánto tiempo iba a estar en ese lugar.
  Mi viejo,previendo eso hicimos la rutinaria visita que hacíamos siempre al "Café Avenida"
cuando viajábamos al Puerto ha hacerme exámenes. Yo me tomé mi clásica leche con plátano,
que hasta el día de hoy me encanta,y un completo.."completo..completo"o sea con todo,no como
las huevás que inventaron y sirven ahora.."italiano,expreso,15,20,30 centímetros,tomate,mayo...
sin palta,con palta,sin mayo.."¿han  escuchado completo? y la wueá ridícula es que,mientras menos
huevadas tenga..más te cobran..jajaja! Bueno,mi viejo se tomó su acostumbrado tecito y su sand-
wich de carne con queso.
  En menos de lo que canta un gallo,estaba internado en una inmensa sala con ventanales altos y
un techo más alto todavía (parecía el salón u oratorio de alguna antigua abadía,p'tas las cosas que
piensas cuando estás cagado de susto). Mirando alrededor me fijé que en la sala habían aproxima-
damente como 45 personas adultas que también me miraban con mucha curiosidad. Debo aclarar
que llegué ahí por intervención de mi médico,ya que mi tratamiento no podía esperar y en el Ala
Infantil no había cupo. A la larga fue muy gratificante compartir con personas mayores y sus gra-
ciosas y extrañas experiencias de vida.
  Mi primer día fue muy ajetreado: exámenes de sangre,orina,peso,estatura,presión arterial,prepa-
ración de enfermera,visita de médico..y todo esto anotado en una ficha colgada al pie de la cama.
  Un día,de puro sapo me puse a curiosear la ficha,desoyendo las advertencias de los otros enfer-
mos: "Eh,mijito..no haga eso..se van a enojar. Lo van a retar ¿eh? Al poco tiempo me puse peri-
to en lectura de fichas y comentaba con los enfermos la evolución de su enfermedad. Lógico que,
los que ya estaban cagaos les contaba que estaban bien y que no se preocuparan. Hasta el día de
hoy me pregunto...¿porqué no se les informaba a los internos de su estado? yo creo que un gran
porcentaje pondría mas de su parte para alentarse..porque..¿quién quiere estar en un hospital por
un tiempo prolongado? Por mi parte...no.
  Y..llegó mi primer almuerzo. Ya me habían comentado que los almuerzos y onces eran muy
buenos en este hospital. Con decir que en mi velador siempre había un jarro de un litro de jugo
de ciruelas o de huesillos,(chis..ahora hasta en las clínicas pirulas los wueones te ponen agua) y
cada cierto tiempo pasaba un compadre en un carrito,rellenando o cambiando los jarros (¡ja!yo
pasaba dejando el jarro seco,me tomaba como cuatro litros de jugo..así como las meadas que me
pegaba..¡jajaja!) Bueno,como decía,ese día dieron cazuela: la tumba,choclo,papa,su trozo de za-
pallo..ese caldito que se veía y olía exquisito..los porotitos verdes,el arroz,los condimentos..
¡huum! se me hacía agua la boca...le pego la primera cuchareada..¡la wueá asquerosa,wueón..!
¡no tenía nada de sal! Un viejito que estaba al lado de mi cama que tenía el mismo tratamiento
que yo,me dijo: "Amistaíta,va a tener que acostumbrarse hasta cuando se le desintoxique el
cuerpo ¿le han dicho que van a comenzar a inyectarlo?" No.."Bueno,también comience a acos-
tumbrarse..¡ah! y coma..porque si no van a ponerle suero y esa wueá si que es penca." Chuchas,
bien penca lo que me esperaba para más adelante. Traté de comer pero no pude..le pasé el plato
a mi vecino..¡se lo devoró!¿como mierda lo hacía? como dijo él,parece que era acostumbramiento.
  Al otro día casi de madrugada,comenzó el tratamiento. Inyecciones de Bencetazil sódico. A las
seis de la mañana,doce del día,seis de la tarde y doce de la noche.
  La enfermera calmosamente me dijo: "bájese el piyama y dese vuelta"(conchemimare..¿esta wueá
es tratamiento o violación?) ¿por qué? pregunté..con mucha paciencia me contestó: "para inyec-
tarlo,el remedio es intramuscular..."¿podría ser en el brazo? (ni cagando pasarle mi poto a una
desconocida) "es su decisión.." y comenzó el famoso tratamiento.
  Y pasó lo que tenía que pasar..antes de cumplir la semana tenía los brazos p'a la cagá, hinchados
y medio amoratados...tuve que entregar el poto. A las dos semanas no me podía mover por los
pinchazos que tenía en ambos cachetes del culo.
  El problema era que en esos años todas las jeringas eran reutilizables,aparte de ser unos verda-
deros chuzos. Con el tiempo perdían la punta y...era una verdadera tortura cuando te pinchaban
con una aguja roma. Y más encima el horario maricón que tenía: a las seis de la mañana,a toda
 raja durmiendo..pinchazo en el culo,a las doce del día,almorzando y..pinchazo en la raja,a las
seis de la tarde terminando de tomar onces..media vuelta y pinchazo y a las doce de la noche..
durmiendo profundamente..ya asumido me bajaba el piyama y pinchazo en el culeque...sin des-
pertar.
  Como dije,a las dos semanas ya estaban pensando en pincharme la guata,pues el culo lo tenía
tan perforado que,cuando tomaba agua,sentía que salía como regadera de mi trasero..jajajaja!!

                                            FIN DEL PRIMER CAPÍTULO.

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